viernes, 27 de enero de 2017

Cinco minutos para el Pirineo. Sigue en campaña de recogida de firmas

Como ya os anunciamos  la Asociación Bizirik Gaude y la plataforma Pirineo Lan eta Bizi hemos lanzado una campaña “Pirineo.5min. 5 minutos para el Pirineo” en Change.org solicitando que el Parlamento de Navarra incluya en su agenda la despoblación del Pirineo navarro. Hasta el momento del cierre se han conseguido más de  2000 firmas y que algunos medios de comunicación hayan publicitado esta iniciativa. A continuación os mostramos las reflexiones de dos periodistas de Diario de Noticias, concretamente de Alicia Ezker y Jorge Nagore. La campaña sigue activa por si aún no has firmado y quieres hacerlo.


Cinco minutos para el Pirineo, Alicia Ezker

Casi todo amante de la montaña sabe que para ascender una buena cumbre del Pirineo navarro tiene que calcular unas seis horas de caminata: tres de subida y otras tantas, o algo menos, de bajada. Unos 360 minutos. Desde hace unos días, un grupo de asociaciones agrupadas bajo el nombre Vivir y trabajar en el Pirineo. Pirinioan lan eta bizi y Bizirik gaude piden a los políticos navarros mucho menos tiempo de dedicación a esta zona; les piden que en cada ley que aprueben en el Parlamento dediquen 5 minutos a pensar los efectos que esa norma tendrá sobre el Pirineo Oriental y sus gentes. Disfrutar de las vistas desde la Mesa de los Tres Reyes, Atxerito o Lakartxela no tiene precio. Una tarde de otoño en la selva del Irati tampoco. Qué decir de un chapuzón en el Salazar a su paso por Arbayún o en el Esca en la presa de Burgi o en las frías aguas de la cascada de Belabarce... Pero en realidad sí lo tiene, sólo que la factura la pagan un puñado de habitantes navarros que sostienen este ecosistema social y natural único con una apuesta decidida y sacrificada de vivir y trabajar en el Pirineo. Los autores de esta iniciativa, ya en marcha en Change.org, dedican parte de la argumentación a concretar y definir de qué hablamos cuando hablamos de “Pirineo Oriental”. Porque la estadística o la planificación desde la capital lo aguanta todo, pero no es lo mismo vivir a 30 minutos de coche de Iruña que a una hora larga por sinuosas carreteras de sube y baja. Tampoco es igual ir a urgencias en villavesa o taxi que tener que hacerlo en un helicóptero o una ambulancia medicalizada que parece no llegar nunca cuando espera un familiar enfermo o herido. O txikis que son felices en campas y orillas de ríos, pero que lo tienen muy difícil para pisar una sala de cine o disfrutar de una obra de teatro para ellos. El Pirineo lo marcan los parámetros de nieve, cumbres y valles angostos. Por eso esta iniciativa pone el foco en los valles de Roncal, Salazar, Aezkoa, Erro, Orreaga, Burguete, Luzaide, Orotz Betelu y Almiradío de Navascués. Esos sitios de los que resulta complicado ir y venir en el día a trabajar a una fabrica u oficina y en los que ya a las cinco de la tarde por estas fechas se mete el sol. Y con suerte de que no falle la luz, como ayer en Roncal, y el frío sea todavía más intenso. Ese es el Pirineo, el nuestro, el que clama por una discriminación positiva para poder seguir siendo un lugar para vivir en igualdad de derechos y en el que quien quiera venga a esquiar, subir montes o hacerse fotografías. Cinco minutos nada más y algunas cosas pueden empezar a cambiar.

De Justicia, por Jorge Nagore
Se ha puesto en marcha una iniciativa llamada Vivir y Trabajar en el Pirineo que reclama a las autoridades una discriminación positiva -llevamos año y medio de gobierno del cambio y no hay nada, nada de nada en este sentido, más allá de blá blá blá- y a los políticos navarros 5 minutos para que cada vez que aprueban una ley dediquen ese lapso de tiempo en analizar cómo afecta al Pirineo Navarro, que para los impulsores de la iniciativa comprende Valle del Roncal, Valle de Salazar, Valle de Arze, Valle de Aezkoa, Valle de Erro, Roncesvalles, Burguete, Valcarlos, Oroz-Betelu y el Almaradío de Navascués, excluyendo a localidades prepirenaicas como Sangüesa, Aoiz o Baztán, ya que, a su juicio, “incluir datos referentes a esas poblaciones cuando se hacen valoraciones o diagnósticos de zona desvirtúa la realidad de nuestros pueblos y valles”. No dispongo de datos referentes a todos los lugares citados por la iniciativa, pero sí de Aezkoa, Roncal y Salazar. Son aterradores. En 1940, sumaban 10.600 habitantes, el 2,87% de la población navarra. Hoy en día, son 3.850 personas, el 0,6% de la población navarra. Es lógico que la despoblación rural de los 50, 60 y 70 les afectara, como a todos, pero es que desde 1981 han perdido el 34% de su población -Navarra ha ganado el 26%- y desde 2005, hace apenas 10 años, la pérdida es del 12%, mientras que Navarra ha crecido un 6% en la última década. Estos valles y pueblos, los de los premios turísticos, las fotos de nieve, los bosques inmensos, los quesos y las escapadas políticas para quedar bien, han perdido un 12% en estos 10 años. Imagino que el resto de valles y poblaciones citadas no andan nada lejos de semejante descalabro vital. Exigir que de una vez se haga algo en serio, integral, con dinero, planificado y sostenido en el tiempo es de pura justicia. Seguir hablando en balde, en castellano o en euskera, una vergüenza.

El Pirineo en cinco minutos.

El 28 de enero en Burgi.